Ciudades autoproducidas
Decía Italo
Calvino que las ciudades son una gran metáfora de la creación y la
interpretación humana. Que sus sistemas arquitectónicos, sociales e ideológicos
entrecruzados son lo que los hombres se hacen a sí mismos, su manifestación, su
fenomenología. También se preguntaba qué era la ciudad para sus ciudadanos,
cuando cada vez es más difícil vivirlas como ciudades. Sin embargo, lejos de caer en el pesimismo, su relato nos
permite sumergirnos en un mundo lleno de posibilidades, un mundo donde el deseo,
la memoria, lo sutil,… son materias primas para la construcción de las mismas.
prototipos, pedagogías, educación.
2018—09
prototipos, pedagogías, educación.
2018—09
Prácticas Do it with Others (DIWO) en Madrid.
Retomar el texto de Calvino nos ayuda a plantear una discusión abierta sobre las ciudades contemporáneas, sus desafíos, el eterno dilema de obtener una idea de marca o no, etc. En este sentido podríamos decir que Madrid desde hace algunos años experimenta una transformación en las formas de lo que denominamos “practicar la ciudad”. Planteamiento que no proviene de ninguna capa asociada al expertize tradicional sino que procede de algo mucho más cotidiano y accesible: las Iniciativas ciudadanas.
Estas iniciativas son comunidades de práctica urbana prototipan diferentes formas de auto-producción de ciudad. Madrid se ha convertido en un foco de atención de numerosos organismos a nivel nacional e internacional por la capacidad de posee de presentar nuevas formas de ciudad. Una ciudadanía organizada en diferentes iniciativas está desvelando maneras complementarias de concebir lo urbano, y no hablamos de pensamiento comunitario sino más bien de colectividades organizadas que tienen por objetivo un común que permite la interacción entre diferentes ciudadanos. Amateurs y profesionales, especialistas en áreas técnicas y humanistas, producen propuestas que tienen la capacidad de ser lo suficientemente adaptables al modelo de ciudad actual. Su valor no reside en plantear una alternativa desde la confrontación, sino un complemento que permita transformar desde dentro. Este hecho es de vital importancia para entenderlas, puesto que Madrid, ciudad de mayor número de manifestaciones de todo el país, hace tiempo que ha pasado de la protesta a la propuesta.
Haciendo un recorrido por estas iniciativas imaginamos #6ciudades posibles, cuya enumeración no pretende demostrar alguna cronología a seguir ni clasificación por interés. Sin embargo, al contrario que las invisibles de Calvino, éstas si que existen y están autoproducidas desde dentro para empoderar al ciudadano.
(01) La Ciudad prosumidora.
Desde la soberanía energética se desarrollan prácticas en la ciudad de auto-consumo, mediante la cogeneración o generación distribuida con tecnologías DIY para el empoderamiento energético de la ciudadanía. Iniciativas como la Agroestación de Pez Estudio basada en la generación de un espacio que propicie el encuentro y la investigación libre para la reinvención de la relación con nuestro entorno. Se trata de un laboratorio ciudadano de creación y experimentación de sistemas ecológicos para la reformulación de prácticas sostenibles de ahorro de energía y recursos. Su proyecto es autoconstruible y de código libre para que pueda ser testado y evolucionado por la ciudadanía. Durante el desarrollo de este prototipo se habla de pobreza energética, se vincula a grupos de consumo energético cooperativo y en definitiva demuestra con una pequeña acción que todos podemos ser prosumidores energéticos. Un proceso que de cuajar platearía el pasar del modelo de escasez energética y dependiente de las comercializadoras a un modelo de abundancia energética distribuida: Kits fotovoltaicos autoconstruidos, cocinas solares, auto-instalación de paneles solares, geotérmica doméstica, redes urbanas de generación y distribución energética. En este sistema todos somos mediadores, los ciudadanos como productores y consumidores.
(02) La ciudad del cuidado.
La circunstancia del adulto sano e independiente es una coyuntura pasajera en la que no tiene sentido basar el total de nuestras apreciaciones sobre la ciudad. Todos somos vulnerables en algún momento de nuestra vida. La ética del cuidado se hace cada vez más necesaria. ¿Cómo visibilizar y modificar nuestro espacio colectivo teniendo como vector el cuidado? Hablamos también de las diferentes diversidades funcionales. Los cuidados fuera del hogar. Crianzas cooperativas, tetadas, la ciudad como sala de lactancia.
Numerosas iniciativas como Elpartoesnuestro plantean la ética del cuidado y aportan necesidades diferentes como son las emocionales y afectivas. Desde el punto de vista de Carol Gilliganesta ética, incorpora nuevos modos de plantear y resolver conflictos e introduce cuestiones como la complejidad, la equidad, la transparencia, el respeto a la diferencia, la confianza mutua o el espíritu de colaboración.
(03) Ciudad de las viviendas de gestión colectiva.
Comunidades de uso o cooperativas de vivienda practican nuevas formas de vivienda colaborativa donde se comparten recursos, se practica la corresponsabilidad, se alimenta la sed de comunidad, se diseña de manera participada y se gestiona de forma autónoma y horizontal. Sin duda una oportunidad magnífica para volver a implicarnos en aquellos temas que determinan la configuración de la vivienda colectiva contemporánea y esgrimir su potencial transformador de nuestras ciudades. Repensar la vivienda colectiva por su potencial tradicional de desarrollo de sistemas de ciudad es lo que plantea la iniciativa entrepatios que lejos de focalizar sus esfuerzos en un simple Cohousing promueve la construcción de viviendas colectivas desde la emisión cero, la diversificación de sus zonas comunes e incluso la apuesta de que sus locales comerciales apoyen el tejido emprendedor de su barrio. Pasamos de visibilizar la construcción por sus cualidades materiales a potenciar sus cualidades ejecutivas y hacer más permeables las conexiones de estos edificios con su entorno concibiendo espacios que estimulen la imaginación de quien desee vivir en ellos. Una construcción con menos intermediarios, ligada directamente a sus destinatarios.
(04) La ciudad dúctil.
La ciudad se compone de numerosos invisibles donde la ciudadanía se transforma en agentes de mediadores en su percepción y visibilización. Esto también genera nuevas formas de hacer urbanismo desde la medición ciudadana. Las contaminaciones de la ciudad se dan en forma de aire, electromagnetismo, ondas wifi, radioactividad o acústica. El ciudadano se convierte en un sensor ciudadano generando y compartiendo datos reales sobre estos invisibles que conforman también la materialidad de la ciudad en nuestro día a día.
El aire como paradigmático ejemplo de un procomún conforma nuestras atmósferas, nuestras condiciones de relación e impulsa cambios en nuestros cuerpos. Hoy existen ya muchas iniciativas ciudadanas que desarrollan su labor en este ámbito, ampliando los significados del aire, visibilizando y desvelando nuevas formas de proceder colectivas para regenerar o mirar desde otro lugar posible el aire que nos rodea y nos conforma. La medición es una herramienta de planeamiento urbano que puede ayudar a discutir las pertinencias por ejemplo de un centro comercial, o una gasolinera en determinado barrio o zona de la ciudad. Hablamos de dispositivos que miden estas contaminaciones y que representan una nueva forma de infraestructura, la dúctil y adaptable. Que coexiste con las infraestructuras tradicionales y permiten la obtención de datos viables y creíbles tal como demuestra la iniciativa Intheairmadrid.
(05) La ciudad del consumo responsable.
La ciudadanía modifica su forma de intercambio de bienes, servicios y experiencias y con ellos se alteran sus herramientas y las formas de propiedad conocidas. De la ciudad propietaria a la ciudad de servicios colectivos. En esta línea muchas iniciativas, redes, y empresas dan forma a otros modelos de gestionar el intercambio. Desde redes de intercambios sociales, trueques, plataformas digitales de colaboración a nuevas empresas de consumo de servicios o monedas P2p. Desdekonsumoresponsable se está impulsando la creación de un mercado social que implique en el mismo el mayor número posible de entidades y personas que apuestan por la economía solidaria y el consumo responsable. Sin duda una oportunidad para practicar economías del conocimiento compartido.
(06) La ciudad de las extituciones.
La ciudadanía ha comenzado a organizarse de manera autónoma en formas de protesta activa como medio propositivo de visibilización de alternativas a lo ya conocido. En este momento nuevas extituciones, es decir, instituciones ciudadanas distribuidas, informales y abiertas llegan donde las instituciones tradicionales no lo hacen. Se convierten así en extituciones, que trabajan en red. Lugares donde ensamblar intereses diversos en pro de acciones comunes que benefician a la sociedad en su conjunto. Como la iniciativa de TXP y el institutodoityourself (IDYS), un espacio de trabajo compartido y formación complementaria a los procesos de autoconstrucción, articulado en clave de laboratorio para el ensayo y desarrollo de prototipos que fomenten la investigación y experimentación con iniciativas ciudadanas.
Todas estas ciudades que aparecen en Madrid se superponen, replican y se autoproducen sin trabajar de forma aislada sino que cada vez establecen más lazos entre ellas. Son prácticas DIWO que se construyen de manera colectiva y expresan el intercambio sin intermediarios del conocimiento colectivo que forma una ciudadanía empoderada. Al fin y al cabo esa es la base de una ciudad pensada y practicada por sus ciudadanos: un lugar de relaciones abiertas.
Texto incluido en la revista experimenta.
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