Ecosecha: un urbanismo de diversidad total
Madrid, experimenta hoy una de sus transformaciones más radicales. Miles de ciudadanos se organizan para producir otra ciudad que responde a intereses colectivos en diversas formas no siempre en consenso. Estas iniciativas ciudadanas se están desarrollando actualmente en la ciudad y organizan formas de disenso sobre el pensamiento homogéneo sobre cómo debe organizarse la ciudad hoy.
prototipos, pedagogías, educación.
2015—09
prototipos, pedagogías, educación.
2015—09
Estas iniciativas ciudadanas pasan por ser nuevas empresas, cooperativas o estructuras informales auto-organizadas que desvelan nuevas posibilidades en la ciudad de hoy. Desde iniciativas globales como airbnb, car sharing a estructuras locales que apuestan por transformar la ciudad desde su experiencia situada. Si hoy solo podemos habitar la ciudad desde nuestras prácticas, hablemos de una de ellas para poder comprender el alcance total de cada una y visualizar el urbanismo total que generan desde lo concreto y específico.
Ecosecha, es una de estas iniciativas ciudadanas que llevan años desarrollando otro modelo de consumo en la ciudad. Este modelo es cooperativo, colectivo y adquiere las condiciones contemporáneas de la agregación en comunidades de interés. Ecosecha, despliega un urbanismo real en la ciudad de Madrid pues adquiere condiciones globales en sus planteamientos.
Situación de los nodos de distribución en el área metropolitana de Madrid
Ecosecha: un urbanismo total.
Esta cooperativa se dedica a la producción ecológica certificada de alimentos. Ecosecha cultiva a escasos kilómetros de la ciudad Madrid, siendo una de las iniciativas de cultivo y consumo agroecológico que pertenecen al Kilometro 0. Es decir, lo que se produce, se consume en un área de acción pequeña fomentando el desarrollo local, las variedades de temporada y ejerciendo una política responsable con el medio de la ciudad de Madrid. Pero si observamos sus rastros podemos desvelar todo un entramado de acciones que desde el cuidado y la responsabilidad compartida visibilizan nuevos modelos de práctica ciudadana en Madrid.
Posee una red de nodos de consumo que distribuye su producción en la ciudad en más de 80 puntos. Esta red se forma desde comunidades que se forman para recibir sus alimentos. No se distribuye a casas particulares pues se consume más combustible y se individualiza la gestión. La política de la cooperativa quiere fomentar nuevas comunidades en la ciudad que se interrelacionen y a su vez permita una distribución más sostenible. Ecosecha distribuye con un solo camión todos los días de la semana garantizando el menor consumo de combustible para reducir el alcance de emisiones de co2 de su producción. No tiene sentido cultivar ecológico y luego desviar su tasa sostenible en una distribución convencional. Por lo tanto, ecosecha práctica una forma particular de movilidad que hace más sostenible su trazabilidad global.
Cada nodo, se convierte de esta manera en una réplica del nodo principal. En el nodo se vuelven a distribuir los alimentos desde la corresponsabilidad, es decir, son las propias comunidades las que organizan el pedido, lo pesan, lo reparten y lo venden. Y son estos núcleos cercanos los que generan nuevas políticas urbanas sobre el consumo.
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Social: Se forman nuevas comunidades afectivas en torno a la alimentación ecológica.
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Distribución: Se reciben los alimentos en el nodo común.
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Corresponsabilidad: Los alimentos se organizan, se pesan, se clasifican y se reparten bajo pedido.
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Economía: Se comparten pedidos, gastos y distribución, luego es más económico que uno tradicional.
Movilidad: su desplazamiento genera menores taras ambientales, menos consumo de combustible y menos emisiones, así como los desplazamientos a pie que se generan entre las casas receptoras y los lugares de reparto en los nodos: grupos de consumo, instituciones, colegios, etc.
Impacto urbano de cada nodo de distribución.
Este aspecto es importante pues la movilidad que desarrolla ecosecha tiene varios frentes en el que analizarlo. Por un lado la distribución de la que ya hemos hablado. Por otro la iniciativa tiene un proceso de circularidad entre su lugar de origen periférico, casi rural, y su destino, la ciudad. Este proceso circular es urbano en su totalidad. Los fines de semana, cientos de ciudadanos se desplazan en bicicleta a los campos de ecosecha para colaborar en su mantenimiento, aprender las formas de cultivo de las diferentes variedades o compartir un día soleado en sus fincas. Este hecho crea nuevos espacios públicos en la periferia agreste de Madrid. Y son nuevos espacios públicos, pues las personas que allí se encuentran no se conocen previamente, no trabajan para ecosecha, ni reciben un salario a cambio. Comparten en ese lugar sus afectos por el consumo responsable y la alimentación ecológica.
Estos nuevos espacios públicos se generan gracias a la interconexión de las redes reales, la tecnología y los recursos existentes. Todas ellas mapeadas en nuestra investigación generan una red de actores que distribuyen permanentemente el conocimiento sobre esta práctica al alcance de muchos ciudadanos.
Nuevos espacios públicos en los campos de Madrid.
Esta práctica genera por sí misma un retorno a la sociedad en forma de reducción de emisiones, calidad agroalimentaria, reducción de químicos artificiales en el campo, mayoración de la diversidad de los productos cultivados, y generación de más eficiencia nutritiva en los alimentos por su cultivo de temporada estacional. Pero a parte de este sistema, ecosecha practica una política de inserción del commons en su día a día. Ecosecha es el principal promotor del banco de intercambio de semillas en Madrid. Esta infraestructura ciudadana alimenta un derecho en la diversidad de especies de alimentos que se pueden cultivar en Madrid. El banco de intercambio de semillas, posee una sede permanente en Intermediae-Madrid. Una vez al mes, se reúnen diferentes ciudadanos, colectivos, empresas, que bajo un protocolo particular comparten diferentes especies de semillas aumentando la diversidad en especies de la ciudad de Madrid. Un “Napster” de la semillas que pone en cuestión la propiedad de las mismas y los oligopolios empresariales asociadas a ellas, semillas, fertilizantes, abonos, etc. Una acción penalizada por el estado que no reconoce el intercambio de semillas y la posibilidad de su aumento. El Banco de intercambio ha intercambiado ya más de 4.000 sobres de semillas y tiene catalogadas más de 400 variedades de semilllas. Por ejemplo 24 variedades de tomates cuando el mercado convencional solo ofrece 3 en Madrid.
Banco de Intercambio de Semillas.
El banco de intercambio de semillas, produce nuevas redes de afecto y confianza en el intercambio de semillas. Produce alianzas entre humanos y no humanos en la ciudad generando una diversidad que puede manifestarse en la ciudad en contradicción con determinadas legislaciones que afectan al consumo y lo urbano. La disposición legal de variedades específicas para su compra-venta. La no posibilidad de plantar estas variedades en los espacios públicos, la lucha de los huertos urbanos por sobrevivir en la ciudad de Madrid.
Todos estos elementos despliegan un urbanismo total en la ciudad de Madrid que se conforman de una manera colaborada y basada en criterios del compartir recursos entre una diversidad de agentes amplia y basado en sistemas de gobernanza éticos que corresponsabilizan a la ciudadanía haciendo de los ciudadanos prosumers de su propia ciudad.
La ciudad se basa en la producción de un determinado tipo de consumo. Consumimos nuestros espacios públicos, nuestra energía, nuestros cuidados, nuestras viviendas, nuestras instituciones. El mejor consumo es el que no se produce, porque no se desecha. Consumo es usar, no acumular. Bienes que se usan, no son basura. Ecosecha es solo un caso de cientos de ellos que producen un urbanismo donde cada ciudadano es capaz de customizar su propia ciudad mediante sus prácticas. Solo es posible hoy participar de la ciudad mediante nuestros hábitos y cada hecho cotidiano tiene una alternativa para desarrollarse haciendo de la ciudad un ecosistema donde cada ciudadano es capaz de customizarse su ciudad mediante su práctica. De esta forma, el consumo colaborativo también transforma nuestras ciudades.
Madrid según Ecosecha y su cartografía de urbanismo total.
Agradecemos a Ecosecha su disponibilidad siempre amable para realizar esta cartografía.